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domingo, 6 de junio de 2010

Héctor 1

"Venganza"
Nunca había entendido porqué las necesidades sexuales de los hombres y las mujeres son tan diferentes entre si. Nunca había entendido todo eso de Marte y Venus. Y nunca había entendido por que los hombres piensan con la cabeza y las mujeres con el corazón. Nunca hasta la semana pasada que le sucedió un suceso que me contó un amigo cercano. (llamémosle Héctor)

La semana pasada, Héctor y su mujer estaban en la cama. Empezaron con el inevitable y picarón toqueteo mutuo. Él ya estaba a punto de turrón y en ese preciso momento su mujer le dice:
"Mira... ahora no tengo ganas mi amor, tan solo quiero que me abraces, ¿si?".
"¿QUEEEEEE?" - dijo Héctor.
A lo que su mujer contestó con las palabras mágicas:
"No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer".
Al final, Héctor asumió resignadamente que esa noche no iba a hacer el amor, así que se durmió excitado.

Al día siguiente fueron de compras a Liverpool en "Plaza Cibeles". Él la miraba mientras ella se probaba tres carísimos modelitos de vestido. Como no podía decidirse por uno u otro, le dijo que se llevara los tres. Emocionadísima y motivada por sus comprensivas palabras le dijo que necesitaba unos zapatos que hicieran juego y que costaban $600 el par, a lo que Héctor le contestó que le parecía perfecto. Luego, pasaron por la joyería, de donde escogió unos pendientes de diamantes.
"Pobrecita... si la hubieras visto... ¡Estaba tan emocionada!" - dijo Héctor.
Yo creo que ella pensó que Héctor se había vuelto loco, pero de todas maneras no le importó mucho que digamos.
"Pienso que me estaba poniendo a prueba cuando me pidió una carísima laptop de primerísima línea, porque me parece que rompí con todos sus esquemas mentales cuando también le dije nuevamente que si". – me aseveró Héctor .

Héctor asegura que a esas alturas su mujer estaba casi excitada sexualmente después de todo esto.
"¡Deberías haber visto su cara!" – dijo Héctor.
Fue ahí cuando, con su mejor sonrisa la mujer de Héctor, le dijo:
-"Ven mi amor, vamos a la caja a pagar".
A Héctor le costó muchísimo aguantarse la risa cuando le dijo:
"No mi amor, creo que ahora no tengo ganas de comprar todo eso".
De verdad, ojalá le hubieras visto su cara, se quedo pálida cuando le dije: "Tan solo quiero que me abraces".
En el momento en que su cara empezó a transformarse en pura furia y odio, Héctor simplemente añadió:
"¡¡No sabes conectarte con mis necesidades financieras como hombre!!".

Creo que Héctor no volverá a tener relaciones sexuales con su mujer hasta la primavera de 2012, pero que importa... ¡qué dulce es el sabor de la venganza!

2 comentarios:

  1. Bueno, bueno... aquí entre nos, la anécdota de "Héctor" fue real??? jajaja (porque me sonó conocida, y no porque me haya pasado, eh!)

    En mi teoría supongo que escribiré un libro que diga que los hombres son de Mercurio y las mujeres de Neptuno (y eso porque Plutón fue degradado), se me ha hecho taaaaaan difícil empatar las necesidades y la ideología de los hombres y las mujeres... la mía en particular que no sé que carajos voy a hacer.

    En fin...

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  2. Jajaja noooooooooooooo, como crees? Pero pues a alguien tenia que embarrar para que la anecdota tuviera rostro

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