"Mujer que caminas..."
Ha pasado el tiempo y ha dejado huellas en ambos, tanto físicas como de evolución. No somos más aquellos que en una universidad nos conocimos por primera vez. Nos unió además el gusto por la música y el canto, y así entre clases y canto, canto y clases se fue forjando sigilosamente una admiración mutua.
Después de aquella noche de concierto una noche de agosto, en que entre canción y canción, copa y copa, plática y plática, coincidimos con nuestro trovero favorito, es irónico que muchos años después sólo nos hayamos cruzado 2 o 3 veces y en ámbitos profesionales.
Ahora, el bendito MSN nos ha rescatado y hemos compartido absurdo de letras y tierra fértil, desveladas con música y pláticas renovadas, invitaciones a medias, cigarros chateros con café y agua de jamaica, programas de radio, trivias televisivas, congresos y diplomados.
Después de aquella noche del concierto en el 2001, en que entre canción y canción, copa y copa, plática y plática, coincidimos con nuestro trovero favorito, sigue siendo irónico que muchos años después y aún con el bendito MSN... sigamos sin vernos.
Coincido con la ironía y con el placer de un reencuentro inesperado.
ResponderEliminarSi bien es una historia poco común, porque nunca se imagina uno que pueda haber algo más en común que el simple hecho de compartir un aula y un poco de tiempo nada más.
Ya es música, tiempo nocturno, letras y una muy, pero muy agradable compañía.
Un beso.